
SÃO PAULO, 9 de diciembre de 2015 /PRNewswire/ -- ANÁLISIS – Según un análisis del G100, Núcleo de Estudios Internacional que en Brasil está compuesto por 100 miembros efectivos y nominados (accionistas, presidentes y directores ejecutivos) y otros 20 miembros más (economistas jefes y especialistas financieros), Brasil padece actualmente cinco importantes y delicadas crisis, a saber: una crisis económica, una crisis de liderazgo, una crisis de la coalición, una crisis partidaria y una crisis moral o de legitimidad. El caso de la crisis de liderazgo comienza por la presidente Dilma Rousseff, quien se parece mucho más a un híbrido entre militante y demócrata que a un personaje del ámbito político. Como militante se caracteriza por ser una convencida y aferrarse a sus convicciones a pesar de todo. Se encuentra mucho más volcada al voluntarismo y, en consecuencia, a los problemas que ese voluntarismo implica. Además, es una burócrata. Se ocupa en poner sobre la mesa problemas por los cuales el gobierno ni siquiera se debería preocupar.
En cuanto a la economía, se concluyó que existe una discusión muy fuerte entre los economistas de la 'dominancia política', que postulan la idea de que en realidad la crisis en Brasil es política y que es ésta la que genera los impasses que no permiten encontrar una solución para los temas económicos. Conviene destacar que existe también una grave crisis en la economía y que es importante que el diagnóstico resulte claro y genere un consenso político para las soluciones. Desde el punto de vista internacional, algunos factores condicionan el escenario económico actual: la economía mundial muestra una consolidación del crecimiento en los países del G-7; el crecimiento se desacelera en los países emergentes; la tasa de interés va a subir en Estados Unidos, pero con un repunte moderado; Europa se encuentra en franca recuperación, con posibilidad de estímulos adicionales; China es motivo de preocupación, con un crecimiento que se desacelera; y los precios de las materias primas han caído con el aumento de la oferta. En Brasil, la desaceleración de la economía es la más profunda desde el Plan Collor. El crecimiento potencial de la economía se está viendo perjudicado por la ausencia de reformas. El desajuste estructural de las cuentas públicas muestra una rigidez en el gasto y una carga tributaria alta. La caída de la inflación debería permitir un recorte de los intereses, pero el tipo de cambio implica un riesgo a la vez que la crisis política agrava el desajuste. No obstante, a corto plazo es poco probable un impeachment. Se estima que la estabilidad comenzará a retornar al país a partir de 2017, con una caída de la tasa Selic y la vuelta del PIB a un valor positivo.
Rodrigo Romero
Fundador / Presidente
G100
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FUENTE G100 - GRUPO DE DESENVOLVIMENTO EMPRESARIAL E ECONÔMICO
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