
Aprendiendo a liderar
Un programa de educación en derechos humanos empodera a niñas sudanesas refugiadas en Uganda para que se conviertan en defensoras de sus comunidades. Esto forma parte de una iniciativa financiada por Education Cannot Wait.
KIRYANDONGO DISTRICT, Uganda, 20 de diciembre de 2025 /PRNewswire/ -- En un aula del asentamiento de refugiados de Kiryandongo, un grupo de niñas se inclina hacia adelante mientras la conversación gira en torno a los derechos, la dignidad y la justicia. Algunas escuchan estas palabras así expresadas por primera vez. Otras las reconocen al instante por sus propias experiencias. Lo que las une es la determinación compartida de convertir el conocimiento en acción y ayudar a transformar el futuro de niñas como ellas.
En agosto, Legal Action Worldwide (LAW), junto con su socio, la Strategic Initiative for Women in the Horn of Africa (SIHA), lanzó una formación integral en educación sobre derechos humanos para niñas sudanesas refugiadas que no asisten a la escuela en Uganda, afectadas por el conflicto en curso en Sudán.
Con el apoyo de una subvención del Fondo de Aceleración de Education Cannot Wait (ECW), el programa combina educación jurídica con salud mental y apoyo psicosocial, a la vez que ayuda a las participantes a acceder a oportunidades de educación formal y no formal. Se trata de un enfoque holístico diseñado no solo para informar, sino también para sanar y empoderar.
A finales de agosto, LAW y SIHA organizaron dos sesiones piloto del programa en Uganda. Veinticinco niñas de entre 11 y 18 años, que no asistían a la escuela, se reunieron durante tres días de aprendizaje intensivo. Exploraron los derechos humanos, la igualdad de género, la violencia de género, la violencia sexual, las vías de derivación, el apoyo psicosocial y los primeros auxilios, además de sesiones prácticas sobre la creación y difusión de mensajes de incidencia política y cómo convertirse en agentes del cambio.
"Estamos deseando terminar esta formación y aportar a nuestra comunidad con lo aprendido aquí", comentó una participante.
Las jóvenes compartieron experiencias personales y abordaron temas poco comunes en sus comunidades. El desplazamiento ha interrumpido su educación y ha aumentado el riesgo de violencia de género y explotación. La formación ofrece un espacio de apoyo que ayuda a desarrollar resiliencia y confianza en medio de la incertidumbre constante en su país de acogida.
La iniciativa también se centra en la sostenibilidad. Durante la sesión piloto, LAW y SIHA formaron a 10 formadores, siete de ellos mujeres, para que impartieran el programa a otras 175 niñas en siete sesiones de tres días en el asentamiento de refugiados de Kiryandongo.
"Nunca había asistido a una formación como esta. Fue flexible y nos permitió participar y aportar nuestra propia experiencia", comentó una nueva formadora.
Las primeras sesiones completas de formación para niñas comenzaron a mediados de octubre en Kiryandongo. En noviembre, la iniciativa entró en su segunda fase, asesorando a participantes seleccionadas para que se conviertan en agentes de cambio en sus comunidades y más allá. Las niñas reciben apoyo para implementar las estrategias de incidencia que diseñaron durante la formación, amplificando las voces de las niñas refugiadas sudanesas y abordando problemas como la educación de las niñas, el matrimonio infantil y la violencia de género.
El programa busca responder a una cruda realidad. El conflicto armado en curso en Sudán ha desplazado a casi 14 millones de personas dentro y fuera de Sudán, dejando a millones de niños sin acceso a la educación.
El conflicto también ha llevado la violencia de género a niveles alarmantes, con denuncias de violencia sexual contra mujeres y niñas como sistemática y a menudo utilizada como táctica de guerra. Las Naciones Unidas han documentado violaciones generalizadas, incluso de menores, así como secuestros de mujeres y niñas. Con el colapso de los sistemas médicos, legales y de protección, las sobrevivientes se enfrentan a enormes barreras para acceder a la seguridad, la atención y la justicia, mientras que las mujeres y los niños siguen soportando la peor parte de la crisis.
Como refugiadas, muchas niñas sudanesas se enfrentan a barreras adicionales para acceder a la educación, y menos de la mitad están matriculadas en programas formales. En Uganda, donde muchos refugiados sudaneses han buscado refugio, estos desafíos se ven agravados por la escasez de recursos y oportunidades educativas.
La iniciativa en Uganda busca romper los ciclos de exclusión y silencio. A través de programas de incidencia política y divulgación, el apoyo de educadores locales y vías de derivación con actores de educación en emergencias, las participantes del programa también recibirán apoyo para acceder a programas de educación formal y no reglada en Uganda.
Se trata de una inversión histórica en el liderazgo de las niñas que busca crear una red de jóvenes defensoras que a menudo actúan como primeras intervinientes y pueden defender los derechos y las necesidades de las niñas refugiadas, al tiempo que abordan los ciclos más amplios de violencia que ellas y sus comunidades se han visto obligadas a soportar.
Como lo demuestran las palabras de una niña, el impacto ya está surgiendo. "Aprendí que la educación es un derecho y una poderosa herramienta para el empoderamiento. Mi plan es volver a la escuela el próximo año. Con los conocimientos adquiridos, espero sensibilizar a otras niñas de la comunidad sobre sus derechos".
Con apoyo personalizado, estas niñas se preparan para hacer precisamente eso: transformar el conocimiento en defensa de los derechos y la adversidad en liderazgo.
Foto - https://mma.prnewswire.com/media/2849846/Education_Cannot_Wait_Sudanese_refugee_girls_take_part.jpg
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